miércoles, 22 de mayo de 2013

UNA GRAN NOVELA

"SUITE FRANCESA" de Irene Nemirovsky
La novela tiene un fuerte componente autobiográfico, Suite francesa se inicia en París los días previos a la invasión alemana, en un clima de incertidumbre e incredulidad. Enseguida, tras las primeras bombas, miles de familias se lanzan a las carreteras en coche, en bicicleta o a pie. Némirovsky dibuja con precisión las escenas, unas conmovedoras y otras grotescas, que se suceden en el camino: ricos burgueses angustiados, amantes abandonadas, ancianos olvidados en el viaje, los bombardeos sobre la población indefensa, las artimañas para conseguir agua, comida y gasolina.
Nemirovsky los observa a todos desde la misma distancia, para ello se vale de la descripción de lo cotidiano: Los Michelet madrugan para ordenar un apartamento al que creen que nunca volverán, Charles Langenet sigue obsesionado con sus porcelanas, lo único que la guerra le puede romper, Madam Perícand y su compleja prole olvidan al abuelo, ¡ah! ¡y también esta el gato de los Perícand!
Y todos huyen de la ciudad y llegan al campo, a una aldea que será el escenario de la novela. Nemirovsky cuenta el encuentro entre los atribulados parisinos y los aldeanos que los acogen y que siguen su vida apacible. Pero las peripecias de estos sedentarios campesinos no terminan, cuando sus compatriotas regresan a la ciudad, reciben otra visita, la del enemigo. Las tropas alemanas que ocuparon Paris, de retirada hacia Rusia, hacen una larga escala en la aldea. En cada casa se aloja un alemán y entre los personajes se establecen otra vez gestos y luego lazos que van individualizando a los recién llegados hasta hacer secundarios los uniformes, los bandos y las nacionalidades.

Fdo. Biblioteca del Colegio Mayor Peñafiel