Esta
novela nos presenta la historia de un hijo perdido, Miguel, que
abandonó de joven su familia, que se casó en un país lejano y que,
tras una vida poco ordenada, murió en otro país lejano en
circunstancias poco claras. Una personalidad compleja en constante
huida.
Natalia
Ginzburg con este intercambio de cartas entre Miguel, su madre que
evoca siempre la figura del padre ausente, su hermana, una amiga que
acaba de ser madre y su mejor amigo, narra con perfección las
complejas relaciones familiares y describe las atormentadas
personalidades de los personajes. Como dice la editorial: “esta
novela se sitúa bajo el signo de la dispersión de los sentimientos
y de su incomunicabilidad, apunta, por encima de todo, a la soledad
esencial y su vacío”.
Biblioteca del Colegio Mayor Peñafiel
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